Por @Alvy — 7 de abril de 2016

Es más probable salvarse de la explosión de una granada tirándose al suelo que lanzándose bajo el agua, si acaso es que hay agua cerca. La razón nos la enseñan Mark Rober y Kevin «The Backyard Scientist» en este vídeo de experimentos científicos alocados en los que hacen explotar granadas reales a cámara superlenta, grabando lo que le sucede a unos globos situados a cierta distancia.

Los fragmentos de las granadas de mano son sumamente destructivos. La razón por la que las granadas tienen una superficie rugosa es interesante: se trata de dividir con superficie en «líneas de fractura» de modo que el metal salga disparado uniformemente. Su explosión equivale más o menos al disparo de 40 balas a la vez en todas direcciones, de ahí que resulten letales a menos que estés a una confortable distancia de seguridad.

Como puede verse en el vídeo su efecto en el agua es también devastador; en el experimento se utilizan globos llenos de agua y aire para simular el cuerpo humano. ¿La razón? El agua no es compresible, de modo que la energía de la explosión apenas se disipa; cuando llega a un cuerpo humano se transfiere a su interior, compuesto básicamente de agua, tejidos blandos y algo de aire (pulmones, boca, cavidad nasal…) El resultado es sumamente doloroso y demoledor. En el aire, en cambio, la energía se disipa muy rápidamente y por eso es relativamente seguro estar a cierta distancia: porque apenas llega esa energía explosiva y –si hay suerte– tampoco los mortíferos fragmentos.

La mejor estrategia es pues no tirarse al agua sino salir por patas y alejarse al menos cinco metros. Tirarse al suelo con los pies apuntando hacia el centro de la explosión minimiza la superficie de posible contacto; han calculado que a unos 5 metros esa probabilidad de resultar alcanzado es de menos del 1 por ciento. En cambio estar en el agua a esa misma distancia es muerte segura.

Entonces, ¿qué hay del mito y de los experimentos que muestran que el agua detiene las balas, que apenas recorren dos o tres antes de frenarse? Visto lo anterior, lo que sucede es que eso mismo le sucedería a los fragmentos de la granada pero no a la onda expansiva que sería la que resultaría letal para los órganos internos de una persona.

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