Espejos principales - Giant Magellan Telescope Organization
Con siete espejos de 8,4 metros de diámetro que actuarán como un único espejo de 24,5 metros el Gran Telescopio Magallanes es uno de los mayores telescopios terrestres en construcción.
Pero por supuesto fabricar esos espejos, que deben seguir la forma precisa –parecida a la de una pringle– con una precisión de tres diezmilésimas del grosor de un pelo humano, no es una tarea nada trivial.
Para reducir peso pero a la vez mantener su resistencia los espejos tienen una estructura interna similar a la de un panal, así que todo comienza con la construcción sobre la parte inferior de un horno eléctrico de un molde que es el negativo de la forma de las estructura interna del espejo. Durante el proceso de construcción hay que calentar el molde un par de veces para que se estabilice el tamaño de las piezas que lo componen.
Una vez listo el molde el horno se carga con 17.481 kilos de un cristal especial llamado E-6 por Ohara, la empresa que lo fabrica, un cristal muy similar al Pyrex, y se cierra.
Después el horno empieza a girar mientras la temperatura va subiendo hasta los 1.165 ºC, lo que hace que se funda el cristal, que a esa temperatura adquiere una fluidez similar a la de la miel fría, y así se va colando por los huecos de 12 milímetros que hay entre las piezas del molde. Al mismo tiempo la fuerza centrífuga ayuda a empezar a darle forma, ya que hace que se acumule más cristal hacia la parte de fuera que en el centro.
Se sigue el proceso durante unas cuatro horas hasta que el cristal fundido alcanza un grosor de unos 5 centímetros por encima de las piezas hexagonales y entonces se empieza a enfriar el horno y a frenarlo. Se hace un primer enfriado relativamente rápido para que el cristal se solidifique pero el resto del enfriado se hace muy poco a poco. Tan poco a poco que el proceso de enfriado lleva tres meses.
Cuando el espejo está de nuevo a temperatura ambiente se desmonta el horno y el espejo se levanta, con mucho cuidado, hasta ponerlo de lado para retirar las piezas del molde y lavarlo para eliminar cualquier resto que haya podido quedar.
Luego viene el pulido basto de la parte posterior del espejo, la que tiene los agujeritos del panal, y al final la de la parte frontal, que es, con mucho, la más delicada, y que se lleva a cabo en varias etapas, siempre bajo la máxima esa de «mide dos veces, pule una vez».
El final del proceso es depositar sobre el vidrio una capa de aluminio de unas pocas moléculas de grosor que es la que lo hace reflectante, aunque es algo que se hace cuando los espejos están ya en destino. Es, de hecho, un proceso que hay que repetir con cierta frecuencia porque los espejos se manchan. En este vídeo del Telescopio Anglo-Australiano se ve el proceso de «aluminizado» de su espejo:
En total son unos cuatro años de trabajo por espejo, pues aunque sólo lleva unas horas fundir el vidrio al principio del proceso lleva varios meses desmoldarlo y limpiarlo, otros seis meses para el pulido basto la parte posterior, seis meses más para el pulido basto de la parte frontal, y cosa de un año para el pulido fino.
El proceso es similar para la fabricación de espejos para otros telescopios, aunque sin la fase inicial del molde para aquellos que son «simplemente» un gran trozo de cristal.
El Richard F. Caris Mirror Lab de la Universidad de Arizona, que es donde en 2012 se empezaron a fabricar los espejos, ya tiene el espejo número 1 completamente terminado y está trabajando ahora mismo en los espejos 2, 3, 4 y 5. El cristal para el número 6 ya está en Arizona, y el del número 7 está encargado.
Si todo va según lo previsto el Magallanes verá su primera luz en 2024.
Se puede seguir al telescpio Magallanes en Twitter como @GMTelescope.
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