Tal y como cuentan en Singularity Hub y en otros sitios (véase Genetic Testing Mix-up at 23andMe, Another Blow to the Industry) alguien en los laboratorios del servicio de pruebas genéticas 23andMe la lió parda al equivocarse con las bandejas donde se manejan las muestras a analizar. El resultado fue que las muestras de 96 personas fueron de alguna forma intercambiadas por otras durante su procesamiento: los resultados de las pruebas acabaron siendo enviados erróneamente a otras personas. Algunas se dieron cuenta del problema al compararlos con datos que ya conocían o de familiares, viendo que eran totalmente inconsistentes, o porque recibían datos correspondientes a personas de otro sexo.
Este fallo, que no ha sido el único en este tipo de empresas en los últimos años, muestra un problema de este tipo de pruebas tan avanzadas puede haber errores humanos casi imposibles de detectar: quien recibe un informe con sus datos genéticos no tiene una forma fácil de averiguar si el informe es correcto o es el de otra persona (imagina incluso con informes genéticos más «extraños» del tipo ¿de dónde provienen tus antepasados?). Incluso una fiabilidad del 99 por ciento sería ridícula debido a la importancia de la información que se maneja. 23andMe ha publicado una nota en su blog explicando lo sucedido y reconociendo la gravedad del problema.
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