La próxima misión del transbordador espacial Discovery, la STS-116, tiene previsto su despegue para el 7 de diciembre y una duración estimada de 12 días, pero si por algún motivo hubiera que retrasar el lanzamiento más allá del 17 o el 18 de diciembre lo más probable es que los responsables de la NASA pospongan la misión hasta enero.
El motivo es que el software de a bordo de los transbordadores, en un problema que recuerda poderosamente al efecto 2000, no está pensado para que se produzca un cambio de año en vuelo, por lo que al pasar del 31 de diciembre al 1 de enero considerarían que ese es el 366º día del año, mientras que todo el software de apoyo en tierra lo cuenta como el día 1: Year-end glitch could postpone shuttle launch.
Esta falta de sincronía podría producir más de un problema, y aunque la NASA lleva diseñando procedimientos que le permitirían evitarlos al menos desde 2003, Wayne Hale, el director del programa, dice que todavía no se sienten lo suficientemente cómodos con el proceso como para tener un transbordador en órbita en Noche Vieja.
Incluso es posible que la agencia intente ganar un día extra de margen adelantando el lanzamiento al 6 de diciembre.