Impresión artística de la Messenger en órbita alrededor de Mercurio - NASA
Según las últimas estimaciones sobre su órbita hoy a las 19:26:02 UTC la sonda Messenger de la NASA se estrellará sobre la superficie de Mercurio a unos 14 000 kilómetros por hora, creando un cráter de unos 16 metros de diámetro con su impacto.
Lanzada el 3 de agosto de 2004, Messenger lleva en órbita alrededor de Mercurio desde el 18 de marzo de 2011; fue la primera sonda espacial en entrar en órbita alrededor de él.
En estos cuatro años y un poco –siete días solares en Mercurio– ha enviado de vuelta más de 255 000 imágenes y un montón de datos que nos han permitido determinar la composición de Mercurio, estudiar su historia geológica, y medir su campo magnético y sus variaciones, y confirmar que sí parece tener un núcleo líquido, como sospechaban los científicos, entre otras cosas.
La superficie de Mercurio en color falso: en blanco o azul claro los cráteres y los fragmentos eyectados de estos sobre la superficie, en azul y azul oscuro el material «base» de Mercurio, y en color bronce las llanuras formadas por la erupción de lava fluida - NASA
Algunas de las sorpresas que nos ha proporcionado son las elevadas concentraciones de calcio y magnesio presentes en la superficie de Mercurio, que su campo magnético está desplazado muy al norte del centro del planeta, o que hay hielo de agua en el fondo de algunos cráteres donde nunca llega la luz del Sol.
Los instrumentos de a bordo siguen funcionando correctamente, y seguirán haciéndolo hasta el último momento, transmitiendo todos los datos que puedan; la cuenta de Twitter de la Messenger también sigue activa en @Messenger2011.
Pero el problema es que la Messenger se ha quedado sin combustible, con lo que ya iba a dejar de ser posible controlarla, por lo que la NASA ha optado por un impacto controlado para sacar datos de ella hasta el final.
Trayectoria final y zona del impacto. El cráter de la derecha es el cráter Janacek, con unos 50 kilómetros de diámetro - NASA
El conservar combustible es, de hecho, la causa de que Messenger tardara siete años en llegar a su destino: enviar una sonda en dirección al interior del sistema solar hace que esta acelere enormemente debido a la gravedad del Sol, por lo que para evitar tener que llevar a bordo toneladas de combustible para frenar al llegar a Mercurio la Messenger siguió una trayectoria indirecta para eliminar su exceso de velocidad.
Para ello pasó una vez por las proximidades de la Tierra un año después de su lanzamiento para modificar su trayectoria usando la gravedad de esta y su motor principal para apuntar hacia Venus.
Por Venus pasó el 24 de octubre de 2006 y de nuevo el 5 de junio de 2007, llevando a cabo entonces la maniobra que más velocidad le hizo perder; en este segundo encuentro se utilizaron además todos los instrumentos de a bordo para observar Venus e ir ensayando para la llegada a Mercurio.
Durante todo este tiempo Messenger también aprovechó para hacer una foto de familia del sistema solar desde su interior.
Los pasos por Venus dejaron a la Messenger ya lista para ir hacia Mercurio, aunque necesitó tres pasadas por sus proximidades, el 14 de enero de 2008, el 6 de octubre del mismo año, y el 29 de septiembre de 2009, unidas a una maniobra más de frenado el 24 de noviembre de ese año para terminar de frenar lo suficiente y permitir así su captura por Mercurio el citado 18 de marzo de 2011.
Nadie dijo que la navegación espacial fuera una cosa sencilla.
La próxima misión que está previsto que llegue a Mercurio es la BepiColombo, una misión conjunta de la Agencia Espacial Europea y la JAXA, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial.
El Mercury Magnetospheric Orbiter, la contribución japonesa a @BepiColombo - NASA
La BepiColombo consta de dos orbitadores que serán lanzados y viajarán juntos, el Mercury Planetary Orbiter (MPO) de la ESA y el Mercury Magnetospheric Orbiter (MMO) de la JAXA.
El primero de ellos, con 11 instrumentos a bordo, tendrá como objetivo principal el estudio de la composición de la superficie y del interior Mercurio; el segundo, con cinco instrumentos a bordo, tendrá como objetivo principal el estudio de la magnetosfera del planeta.
Su lanzamiento, de todos modos, se ha retrasado sobre las previsiones originales y ahora mismo las estimaciones son que no se producirá al menos hasta enero de 2017, para llegar a Mercurio en enero de 2024.