Por Nacho Palou — 15 de junio de 2015

«Es irónico que Baikonur, el lugar donde las lanzaderas nacieron y desde donde debían despegar hacia la inmensidad del cosmos, sea ahora su tumba y la cripta que las mantiene encerradas.» —Ralph Mirebs

Lanzaderas soviéticas -- Ralph Mirebs

En estas fotografías de Ralph Mirebs no se puede ver sólo una sino dos lanzaderas soviéticas abandonadas en uno de los edificios —en el más grande de ellos— situados en el cosmódromo de Baikonur. Una de ellas es Tormenta, el segundo de los cinco prototipos que se construyeron y la otra es una de las tres maquetas, un modelo construido para el desarrollo y pruebas de las operaciones previas al lanzamiento — a pesar de su aspecto de lanzadera ‘de verdad’.

(Otro de esos prototipos estaba hace unos años aparcado en el exterior de la base y se podía ver en Google Maps, pero hoy ha desaparecido — o se la ha llevado la grúa.)

Lanzaderas soviéticas -- Ralph Mirebs

En los buenos tiempos del programa toda esa instalación contaba con una presión atmosférica ligeramente superior a la del exterior, para evitar que entrara el polvoese polvo que ahora lo cubre todo, incluyendo las lanzaderas.

Lanzaderas soviéticas -- Ralph Mirebs

En los laterales del edificio se pueden ver todo tipo de grúas, pasarelas y estructuras móviles que se utilizaban para trabajar y acceder a las naves sin tocarlas, para evitar dañar el alicatado de las placas protectoras (las teselas blancas encargadas de absorber el calor [demostración en vídeo] producido por la fricción con la atmósfera durante la reentrada de la nave desde el espacio.)

Vía Supercompressor.

Actualizado: Me recuerdan por el pinganillo que el edificio que contenía estas lanzaderas se hundió, destruyéndolas — tal y como contamos hace no mucho en Los restos del transbordador espacial soviético — estas fotos de Ralph Mirebs, aunque publicadas con fecha reciente, en realidad están tomadas en mayo de 2010, antes del desastre. Una pena.

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