Todos los que tenemos una cierta edad tenemos esta imagen grabada en nuestras retinas. Se corresponde con la destrucción del Challenger el 28 de enero de 1986 durante el lanzamiento de la misión STS-51-L.
Pero en realidad esta no es la imagen que todos recordamos, sino una muy similar tomada por un compañero de trabajo del abuelo de Bonte que ese día estaba viendo y fotografiando en lanzamiento.
Tal y como comenta él mismo se la encontró junto con otras pocas más en una caja después de que su abuelo muriera y las escaneó y publicó en el álbum Challenger Disaster para que todo el mundo pudiera verlas.
A estas alturas no van a aportar nada a lo que ya se sabe de las causas del desastre, pero personalmente me deja impresionado que el fotógrafo fuera capaz de seguir haciendo fotos a pesar de lo que estaba viendo.
Yo no creo que hubiera sido capaz.
(Las encontré vía Stu Cohen).