Internet hace que la gente se crea más inteligente de lo que es. Es un fenómeno que recuerda un poco al efecto Dunning-Kruger, solo que es medible de otra forma y atribuible a otras causas:
En la actual era digital, las personas están constantemente conectadas a la información en línea […] El acceso a la información externa, facilitado por Internet y los motores de búsqueda como Google, difumina los límites entre el conocimiento interno y el externo. Esto que hace que las personas crean que pueden recordar -o que recuerdan- lo que acaban de encontrar. El uso de Google para responder a preguntas de conocimiento general infla artificialmente la confianza de la gente en su propia capacidad para recordar y procesar información y conduce a predicciones erróneamente optimistas sobre cuánto saben sin Internet. Cuando la información está al alcance de nuestra mano, podemos creer erróneamente que se originó dentro de nuestras cabezas.
Esto es lo más relevante de un trabajo titulado People mistake the internet’s knowledge for their own (La gente confunde los conocimientos de internet por los suyos) del que se han extraído algunas conclusiones interesantes. Para ello los investigadores realizaron hasta ocho experimentos en los que se permitía a la gente googlear información sobre distintas preguntas… pero luego eran incapaces de distinguir si la respuesta la conocían de antemano o porque se la había proporcionado Google.
Otra de las curiosas paradojas del asunto es que viendo lo que hacía la gente han calculado que buscar información online es más rápido que buscarla en los propios recuerdos. Esto impide que la gente reconozca sus propias limitaciones.
Todo ello me parece que entraría un poco en contradicción con la famosa frase de Albert Einstein: «No guardes nunca en la cabeza aquello que te quepa en un bolsillo» que en realidad tiene su origen en otra más larga y completa, con contexto:
No guardo en mi cabeza la información que puede encontrarse con facilidad en los libros… El valor de la educación universitaria no es el aprendizaje de muchos hechos, sino el entrenamiento de la mente para pensar.
– Albert Einstein
Teniendo en cuenta esta reflexión… ¿Merece la pena memorizar cosas? Google, los asistentes personales e internet están –casi– siempre ahí y pueden ser considerados coo una extensión o meras herramientas para nuestra mente. Aunque todo esto parece apuntar a que es esa confusión de las herramientas con nuestra propia capacidad lo que nos hace «creernos más listos». Como si por el hecho de usar un exoesqueleto para levantar cientos de kilos pensáramos que «somos más fuertes», sin tener en cuenta que el esfuerzo lo hacen los mecanismos, no nosotros.
{Traducción de la cita: DeepL.}