Ahora que sabemos que las ondas gravitacionales existen, tal y como había predicho Einstein hace más de cien años, una de las cosas que quieren hacer los astrónomos es intentar captar los fenómenos que las producen en luz visible.
GOTO, de Gravitational-Wave Optical Transient Observatory, es un telescopio robótico que tiene como objetivo mapear grandes regiones del cielo en busca de fenómenos de tipo transitorio, en especial los asociados a detecciones de señales por parte de los instrumentos LIGO o Virgo.
La idea es que cada vez que uno de estos instrumentos detecte una señal que pueda ser una onda gravitacional los telescopios GOTO apunten de forma automática a la zona del cielo de la que viene para intentar ver qué la ha producido; el telescopio espacial chino XHMT tiene también esta capacidad, pero en la banda de los rayos x.
Acaba de entrar en funcionamiento el primer nodo, instalado en el Observatorio del Roque de los Muchachos, aunque con sólo cuatro telescopios de los ocho que puede montar. Cada uno de ellos tiene 40 centímetros de diámetro y cuenta con una cámaras CCD de alta sensibilidad de 50 megapixeles. Estos instrumentos permitirán cubrir un campo de unos 5 grados cuadrados cada uno de los 41.253 grados cuadrados que tiene el cielo, pudiendo detectar objetos de hasta magnitud 21.
Más adelante se añadirán otros cuatro telescopios a esta cúpula, para completar su dotación, y aún más adelante se añadirá otra cúpula con sus ocho telescopios.
Para cuando el proyecto esté completo habrá otro nodo de dieciséis telescopios, también repartidos en dos cúpulas, en Australia.
La idea, salvando todas las distancias, es hacer lo mismo que cuando escuchamos un ruido fuerte y nos giramos para ver qué lo ha producido, sólo que con ondas gravitacionales y telescopios.
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