Carl Sagan decía que la astronomía era una lección de humildad, y en los casi 25 años que llevamos observando planetas extrasolares esto parece cada vez más cierto.
Si nuestra esquina del universo nos parecía representativa de algo poco a poco hemos ido descubriendo que la variedad de planetas y de sistemas solares que hay por ahí –y apenas vemos nuestro vecindario cósmico– es alucinante y que nuestro sistema solar es insignificante.
La última sorpresa llega de la mano del instrumento Sphere del VLT del Observatorio Europeo Austral con el descubrimiento de HD 131399Ab. Situado a unos 320 años luz de la Tierra, en la constelación de Centauro, desde la superficie de este planeta se verían tres soles durante la mitad de su órbita, que dura unos 550 años terrestres.
Ríase usted de Tatooine. Del Tatooine de verdad, no del de Luke Skywalker.
Imagen real –aunque formada por la combinación de otras dos– de HD 131399Ab visto por Sphere – ESO
Las observaciones indican que HD 131399Ab orbita alrededor de la estrella A, un 80% más masiva que el Sol, en una órbita que está aproximadamente a dos veces la distancia de Plutón al Sol, lo que a su vez coloca al planeta a una distancia de un tercio de la separación entre la estrella A y el par B/C, que es de unas 300 unidades astronómicas.
Juego de órbitas: este gráfico muestra la órbita del planeta en el sistema HD 131399 (línea roja) y las órbitas de las estrellas (líneas azules). El planeta orbita a la estrella más brillante del sistema, HD 131399A – ESO
Un sistema así tiene todos los boletos para ser inestable, así que necesitaremos más observaciones para ver si HD 131399Ab terminará por ser expulsado por la fuerza gravitatoria de las tres estrellas y hemos tenido la suerte de verlo en el momento adecuado o bien para ver si es que el sistema es realmente estable.