Cuidado que aquí viene Sabine Hossenfelder repartiendo estopa a diestro y siniestro. En el vídeo habla de la hipótesis del universo como simulación, una de nuestras favoritas entre las cosmologías extravagantes, que viene a decir –resumo rápido y seguramente mal– que esto es como Matrix y vivimos en un universo simulado, creado por «algo/alguien de un nivel superior». Aunque suene raro tiene su punto –en parte un poco no falsable, pero no tanto– e incluso algunos científicos le estiman una posibilidad de ser correcta del 50%-50%. Pero en el vídeo recibe la ira argumentativa de Hossenfelder sin piedad alguna. Nuestra física-teórica-divulgadora-youtuber favorita lo tacha directamente pseudociencia, así, sin paños calientes.
Hossenfelder dice que creer en este argumento es comparable a la fe en la religión: si se acepta tal y como se planteó originalmente supone «creerse» que en ese tipo de simulación toda la física que gobierna el universo y que bien conocemos y medimos con experimentos responde a un «algoritmo superior» y no a algo «natural». Naturalmente, sin prueba alguna ni explicación detallada del «cómo funciona».
Otro detalle problemático del argumento original de la simulación, planteado por el filósofo Nick Bostrom en 2003, es que en cierto modo ese universo-algoritmo debería comprimir la información, es decir, que la simulación sólo podría funcionar en una zona cuando hay «consciencias observando» , para lo cual se suele recurrir al truco de «si no hay nadie mirando, da igual lo que suceda en un lugar muy lejano, simplemente no hay que simularlo con detalle». (Pero tampoco explica cómo funcionaría esto.)
Curiosamente la cuestión no tiene nada que ver con la consciencia –que para el caso da igual si está hecha de neuronas o transistores– sino con la precisión de las simulaciones, que ni siquiera a pequeña escala podemos realizar sin que pequeños cambios incalculables afecten a la escena global (el ejemplo típico es el clima), por no hablar de la relatividad general. Tampoco se habla mucho de otro de los problemas obvios: si el algoritmo de simulación es real entonces los «seres superiores» que crearon el algoritmo también podrían ser simulados y estar corriendo en un algoritmo superior, y así tortugas encima de tortugas encima de… etcétera.
Me ha parecido interesante su punto de vista, aunque esperaba un argumento más contundente, la verdad. Por ejemplo, cuando se pregunta cómo sería posible que el universo funcionara como un código en el que «cuando alguien mira suceden unas cosas, y si no mira nadie entonces no hace falta calcular los resultados con precisión» me ha sonado muy al fenómeno de la observación en mecánica cuántica, donde da la impresión –al menos en algunas interpretaciones– de que «nada se calcula hasta que alguien mira». Pero bueno, yo no soy físico, sino un mero nerd. Y, como sabiamente dice al principio «todo esto de la simulación está muy bien para entretener a los nerds» y para un rato de desahogo, desvarío y pajamentalismo, aunque a partir de cierto punto no de para más.
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