Dentro del programa de desarrollo de naves espaciales tripuladas por parte de empresas privadas que está teniendo lugar en los Estados Unidos la única que realmente parece una nave espacial tripulada es la Dream Chaser de Sierra Nevada Corporation.
Se basa en estudios aerodinámicos llevados a cabo en la década de los 60 del siglo XX sobre cuerpos sustentadores, de tal forma que no han tenido que reinventar la pólvora del todo.
Igual que los transbordadores espaciales de antaño la Dream Chaser despegará en vertical, lanzada por un cohete Atlas V, y aterrizará como un avión.
Impresión artística del lanzamiento de una DreamChaser
Eso sí, la Dream Chaser es mucho más pequeña y tiene mucha menos capacidad de carga que un transbordador espacial; de hecho cabrían un par de Dream Chaser en la bodega de carga de un transbordador espacial.
Después de varios vuelos cautivos y uno libre que acabó con la nave revolcándose por la pista por un fallo de la pata delantera del tren de aterrizaje SNC ha anunciado que espera lanzar la primera Dream Chaser al espacio en 2016, en una mision no tripulada.
Si todo va bien será en 2017 cuando dos astronautas la lleven al espacio, y a partir de ahí podría entrar en servicio rápidamente para llevar hasta a siete tripulantes a la Estación Espacial Internacional, aunque lo más probable es que combinen carga y tripulantes.
Recientemente SNC y la Agencia Espacial Europea anunciaban también un acuerdo según el cual la ESA colaborará en el desarrollo de la nave espacial tripulada Dream Chaser, con lo que al final, aunque el proyecto Hermes lleva años cancelado, la ESA podría acabar por disponer de una nave tripulada.
La ESA se encarga también del desarrollo del módulo de servicio de la Orión, la próxima nave tripulada que está desarrollando la NASA, por lo que también es seguro que podrá disponer de plazas para sus astronautas en alguna de sus misiones.