HitchBot no lo ha conseguido: apenas dos semanas después de comenzar su periplo estadounidense, en el que pretendía llegar de Salem, Massachusetts, a San Francisco, su cuerpo ha sido destrozado en Filadelfia.
Los responsables del proyecto no piensan buscar al culpable ni tienen interés alguno en denunciarlo; simplemente, dicen, lo tomarán como una lección aprendida de cara a un nuevo intento.
HitchBot es una especie de robot que tiene GPS, una cámara, y software que le permite conversar con la gente que lo recoge, aunque no es capaz de moverse por si mismo, por lo que depende de que la gente lo vaya llevando de un lugar a otro mientras tuitea, instagramea, y facebookea su periplo.
Ya había estado de viaje por Canadá, Alemania y los Países Bajos sin percance alguno, pero el experimento sociológico mezclado con performance artística ha salido rana en los Estados Unidos.
A ver si al final van a ser los robots los que no se pueden fiar de los humanos.