Estudiando mediante un ingenioso sistema de seguimiento automatizado el comportamiento de las colonias de hormigas coloradas cuando excavan sus túneles, un grupo de investigadores de la Georgia Tech indagan cómo entrenar robots con la misma estrategia de trabajo en grupo. El trabajo ha sido publicado en Science y se puede ver en el vídeo.
Los experimentos consistieron en poner a las hormigas coloradas a excavar túneles de forma natural – algo que hacen al llegar a un nuevo territorio como forma de proteger la colonia. Previamente se les pintaba el abdomen con óleos para poder distinguirlas y hacer el seguimiento con cámaras para obtener los datos sobre «cuál hacia qué».
Lo curioso es que de unas 150 hormigas tan solo 10 o 15 cavaban el túnel – y se organizan de forma natural, porque allí «no manda nadie». El caso es que algunas entraban y salían con unos cuantos granos de arena pegados en una bola y lo llevaban lejos, para luego retornar y seguir trabajando. Más o menos el 30 por ciento de las hormigas hacían el 70 por ciento del trabajo algo que puede sonar a muy natural y a regla de Pareto (80/20) pero que sorprendió un poco.
A continuación probaron a programar un «grupo de robots» toscos y sencillos para realizar el mismo tipo de tarea de excavación utilizando diferentes estrategias: que todos excavaran, que sólo unos pocos excavaran, etcétera y comprobando los tiempos y eficiencia. Lo curioso fue que comprobaron que las hormigas de forma totalmente natural habían dado con los valores óptimos.
Los investigadores imaginan pequeños robots colonizadores de otros planetas que puedan actuar de forma similar, por ejemplo para preparar un refugio si se aproxima una tormenta. No necesitarían complejos algoritmos de organización ni depender de un «punto central», porque aunque unos no sepan lo que van a hacer los otros con esas reglas mínimas se conseguiría excavar el refugio en el menor tiempo posible, para el bien de todos.