De los 100.000 millones de galaxias que hay en el universo observable, alguna tenía que ser la más grande. De momento esta es la que bate todos los récords: la galaxia elíptica IC 1101, una bestia supermasiva 50 veces mayor en diámetro que nuestra Vía Láctea y con una masa 2.000 veces más grande. Se descubrió en 1790 pero no se catalogó hasta 1895.
Esta colosal concentración de estrellas mide 6 millones de años luz de lado a lado –aunque según cómo se mida también podría decirse que tiene «solo» 3 millones de años luz– y su masa equivale a la de 100 billones de estrellas. Como hoy sabemos, gran parte de esa masa es materia oscura. De modo que lo que «vemos» y detectamos de ella bien puede ser menos del 5 por ciento de lo que realmente conocemos como materia normal y corriente.
La IC 1101 se encuentra a 1.000 millones de años luz de distancia de nosotros, en dirección a la constelación de Serpens (la serpiente). Pero su tamaño es tan grande que si la pusiéramos en el centro de la Vía Láctea está se «tragaría» por su tamaño hasta las Nubes de Magallanes, a Andrómeda y a la Galaxia del Triángulo. ¡Glups!
Se supone que este tipo de galaxias tienen un enorme agujero negro en su centro, y el hecho de que se haya observado una fuente de rayos brillantes en ese punto se asocia con esta afirmación. De modo que además de contemplar a la IC 1101 como la más colosal de las galaxias supermasivas estaríamos hablando también de que contiene el mayor agujero negro encontrado hasta la fecha.
(Vía SpaceFan.)