Por @Wicho — 1 de julio de 2005

Después de cuatro años debatiendo su ubicación los socios del proyecto ITER han decidido que Francia albergará el reactor que simulará la fusión nuclear del Sol.

Además, para tener contentos a todos, la sede administrativa europea del proyecto estará en Barcelona, lo que a mi modo de ver las cosas no es más que una forma como otra de despilfarrar el dinero, pero bueno... supongo que eso son cosas de la política.

La gran ventaja de los reactores de fusión, frente a los reactores de fisión, es que son muchísimo más limpios, tanto en los combustibles que utilizan como en sus productos de desecho, que tienen una vida media de doce años frente a los miles de años que van a durar los residuos de las centrales de fisión y que representan un serio problema de cara al futuro, como cuentan en Nuclear Waste Site Managers Seek «Keep Out» Tactics Good for 10,000 Years.

Las grandes dificultades a las que se enfrenta el proyecto son la gran presión y temperatura necesarias para que se de una reacción de fusión; no conocemos material alguno que las puedan resistir, por lo que se recurre a métodos de confinamiento que usan rayos láser o campos magnéticos, métodos que suenan totalmente a ciencia ficción.

Si todo va según los planes y los plazos se cumplen el reactor debería estar construido en diez años y las pruebas posteriores durarán otros veinte; de tener éxito el proyecto permitirá construir reactores de fusión comercialmente viables -esto es, que produzcan más energía de la que consumen-, lo que podría convertirlos en una opción importante de cara al futuro.

  • Fusión fría, el famoso experimento de Pons y Fleishmann, quienes aseguraron haber obtenido una reacción de fusión a temperatura ambiente
  • Trece cosas que no cuadran, resultados experimentales que no sabemos explicar, entre los que se incluye el anterior
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