La sonda Hayabusa (halcón peregrino), lanzada por la agencia espacial japonesa el 9 de mayo de 2003 con el objetivo de posarse en el asteroide Itokawa en noviembre de 2005, tomar muestras y volver a la Tierra en julio de 2007, probablemente tiene el récord de peor suerte en una misión espacial.
Primero, mientras iba de camino, se le estropearon dos de los tres giroscopios que le permiten mantener la estabilidad; luego, al llegar a las proximidades del cometa y hacer una aproximación de prueba a este, se perdió Minerva, el robot que tenía que moverse por la superficie del asteroide para tomar muestras de temperatura y fotografías en distintos lugares de esta.Más tarde, al intentar posar la sonda en sí en la superficie de Itokawa desde el control de la misión perdieron el contacto con esta y durante unos días no supieron qué había sido de ella, y aunque a estas alturas parecen tener más o menos claro que estuvo posada en la superficie del asteroide durante unos 39 minutos, no tienen claro que haya tomado las muestras que tenía que tomar, aunque suponen que en el peor de los casos algo de polvo del cometa se le puede haber pegado.
Y para rematar las cosas poco después de ese azaroso descenso una fuga de combustible dejó a la sonda inerte en el espacio, lo que le impidió comenzar la vuelta a casa, y había serias dudas de que fuera a ser posible recuperarla, aunque parece ser que en los últimos meses la JAXA ha ido recuperando poco a poco las comunicaciones y el control con esta.
Esto les ha permitido comprobar que dos de los motores iónicos de la sonda aún funcionan -hay un tercero que podría funcionar pero es poco probable que se intente ponerlo en marcha por si acaso es peor el remedio que la enfermedad- y que uno de los sistemas de seguimiento de estrellas también lo hace después de haber estado desconectado trece meses, con lo que se plantean de nuevo el traerla a casa, según se puede leer en Hayabusa probe to attempt return journey.
Por supuesto la cosa no va a ser fácil, y aunque los motores arranquen y funcionen sin problemas hay que recordar que a la sonda le queda una sola rueda de reacción en funcionamiento, con lo que su estabilidad depende por completo de ella.
La idea es utilizar estos dos motores y su débil impulso para poner la sonda de camino a la Tierra aprovechando que a finales de este mes la distancia entre el asteroide Itokawa y nuestro planeta vuelve a alcanzar un mínimo, con lo que el viaje entonces duraría «sólo» tres años, con lo que en junio de 2010 la cápsula de muestras, vacía o no, podría estar en manos de los científicos de la misión.
(Vía Slashdot.)