De nuevo un tribunal italiano dicta una sentencia que va contra toda la evidencia científica en cuanto al uso de móviles: Un tribunal italiano concede una pensión vitalicia a un trabajador que tuvo un tumor por usar mucho el móvil.
El demandante trabajó durante más de 15 años para la empresa de telefonía Telecom, trabajo en el que tenía que hablar por teléfono móvil más de tres horas al día, algo que el juez Luca Fadda reconoce como causa del desarrollo de un neuroma acústico por parte de Romeo. La sentencia se basa en un informe técnico en el que se indica que el uso del teléfono móvil y sus ondas fueron la causa del neuroma acústico que sufrió Romeo, aún a pesar de que todos los estudios y metaestudios realizados al respecto descartan que el uso de los teléfonos móviles sea pernicioso para la salud.
Esta sentencia, que aún es en primera instancia, se une a aquella que en 2012 reconocía a Innocente Marcolini que el tumor que había desarrollado en el nervio trigémino izquierdo era causa de haber utilizado el móvil durante unas seis horas al día prácticamente a diario durante años.
Los miembros del Tribunal Supremo italiano decidieron entonces que Marcolini «tiene derecho a una indemnización porque la suya debe de ser considerada una enfermedad laboral porque la desarrolló en el ejercicio de su profesión al hacer "un uso prolongado del teléfono móvil"».
Parece un caso claro de la falacia Post hoc ergo propter hoc, un tipo de falacia que afirma o asume que si un acontecimiento sucede después de otro el segundo es consecuencia del primero… porque pruebas, lo que se dice pruebas, no hay.
(Gracias por el chivatazo, Susana).