Benn Blatt dedicó algún tiempo a completar unos cálculos sobre las diferentes jugadas de bolos, buscando en especial aclarar cuál es la más difícil en la práctica; en concreto estamos hablando de la «segunda tirada» tras haber dejado algunos bolos en pie en el primer lanzamiento con la bola – hay 1.022 posibilidades exactamente.
Tal y como explica en un artículo de Slate, What’s the Hardest Shot in Bowling? después de analizar unas 447.000 jugadas de la PBA (la Asociación de Bowling Profesional estadounidense) pudo extraer unas 180.000 en las que se necesitó un segundo lanzamientos y de ahí calcular cómo eran esos splits — el término de la jerga que se utiliza cuando los bolos quedan divididos a un lado y a otro.
El caso de los dos bolos extremos que quedan más alejados (conocido como split 7-10) resultó estar entre los más complicados; es una jugada casi imposible que tan solo se supera el 0,7 por ciento de las veces. Pero curiosamente es peor todavía la del split de tres bolos, 4-6-7 (con un 0,6%) o la nada habitual 4-6-7-9-10: con cinco bolos en pie, dos a un lado y tres en otro, tan solo se completa un 0,3% de las ocasiones.
Al provenir de un muestreo de profesionales los datos pueden tener cierto sesgo. Por ejemplo es curioso que no sea lo mismo un 4-6-7 que el 4-6-10, su imagen especular, pero esto tiene cierta lógica debido a que diestros y zurdos juegan distinto, a los «efectos» con que se lanzan las bolas (normalmente, a izquierdas) e incluso al aceite de las pistas.
Blatt consultó con los profesionales si estos resultados matemáticos les parecían lógicos. La respuesta fue clara: sí, la experiencia dice que el 7-10 parece el más difícil pero no lo es; es peor el 4-6-7 y aunque poco habitual también que el «temido» 4-6-7-9-10.
(Vía MeFi.)