Representación artística de Kepler-452b y la Tierra, aunque en realidad no sabemos si Kepler-452b tiene continentes y océanos - NASA/Ames/JPL-Caltech/T. Pyle
El equipo de la misión Kepler de la NASA presentó ayer un nuevo planeta extrasolar, Kepler Kepler-452b, situado a unos 1 400 años luz de la Tierra, en la constelación del Cisne, tal y como se puede leer en NASA’s Kepler Mission Discovers Bigger, Older Cousin to Earth.
Kepler-452b es un 60 por ciento más grande que la Tierra y por ahora no sabemos su masa, así que no sabemos su composición, aunque por lo que hemos visto en otros planetas extrasolares de tamaño similar no es descabellado suponer que sea rocoso como nuestro planeta.
Claro que hemos encontrado algunos planetas extrasolares muy raros.
En el caso de que se confirmara que Kepler-452b es efectivamente rocoso entonces entraría en la categoría de las supertierras, pero tampoco es la primera supertierra que encontramos, ni mucho menos.
Sin hacer una lista exhaustiva están Gliese 832-c, Kepler-61b, y Gliese 667C c, f, y e, por ejemplo.
De hecho su índice de similitud con la Tierra, Earth Similarity Index, suponiendo que sea un planeta rocoso, es de «sólo» 0,83, lo que lo coloca por detrás de Kepler-438b, Kepler-296e, el ya citado Gliese 667C c, Kepler-442b, y de Kepler-62e.
Exoplanetas potencialmente habitables ordenados por su ESI - PFL @ UPR Arecibo
Lo que hace algo diferente a Kepler-452b es que es el primer planeta extrasolar de un tamaño similar al de la Tierra que hemos encontrado en la zona habitable de una estrella tipo G2, el mismo tipo que el de nuestro Sol.
Pero insisto, por ahora no sabemos cómo es Kepler-452b, así que es un tanto aventurado suponer que en él se puedan dar las condiciones para albergar vida tal y como la conocemos, aunque si se dan, la vida ha tenido unos 1 500 millones más de años para desarrollarse allí que en nuestro planeta, pues los cálculos indican que su estrella tiene unos 6 000 millones de años de edad.
Y, en cualquier caso, mientras no desarrollemos motores de curvatura o similares, llegar allí nos iba a llevar un buen rato: a la velocidad de la New Horizons, que viaja a unos 50 000 kilómetros por hora, tardaríamos un poquito más de 32 millones de años en llegar a él.
Aparte de Kepler-452b, el equipo de la misión presentó 521 planetas extrasolares más que ha añadido a la lista de candidatos, once de ellos de tamaño pequeño y en la zona habitable de sus estrellas.
Nos acercamos cada vez más a la cifra de 2 000 planetas extrasolares confirmados, aunque depende un poco de a quién le preguntes, sólo 20 años después de haber encontrado el primero.
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