La explosión de la bomba atómica sobre Hiroshima liberó una energía de unos 15 kilotones. La de la explosión de Tunguska hace un siglo, unos 10 o 15 megatones (10.000 a 15.000 kilotones) y arrasó 2.000 kilómetros cuadrados de bosque siberiano.
En The Economist, utilizando datos de la Fundación B612 han preparado un mapa que muestra los lugares de impacto de asteroides de la última década, indicando la liberación de energía equivalente: de 1 a 10 kilotones, de 10 a 20 o más de 20.
En total estamos hablando de unas 26 explosiones de entre 1 y 600 kilotones, siendo la más poderosa y reciente la del meteorito de cayó sobre Cheliábinsk (Rusia) el año pasado, que por hizo explosión a unos 30 kilómetros de altura sobre el suelo. Los 1.500 heridos y todos los daños los causo la onda expansiva del estallido.
La Fundación B612 se dedica a la concienciación y divulgación sobre el posible peligro de este tipo de acontecimientos, con la esperanza de que se puedan crear instrumentos de vigilancia espacial que permitan detectar con tiempo cualquier posible amenaza – aunque puede que eso sirva para algo, puede que no.
