Si te muerde una serpiente venenosa la única duda es si morirás en cuestión de horas, minutos, si la muerte será lenta y dolorosa o rápida, casi instantánea. Para evitar este problemilla al que se enfrentan casi un millón de personas a las que muerden serpientes de todo el mundo cada año existen los antisueros (antivenenos), un tipo de antídoto. Algunos son útiles para un tipo concreto de serpientes y otros contra una variedad más amplia. ¿Cómo se fabrican?
El asunto es que se necesita veneno de serpiente para fabricar esos antídotos. De modo que en sitios como el laboratorio Clodomiro Picado de Costa Rica (no hay muchos sitios como este, básicamente seis en todo el mundo) trabajan desde hace 40 años con serpientes de las Américas y otras partes del mundo para producir la mayor parte de esos antídotos. En sus instalaciones viven 500 ejemplares de distintas especies.
Se necesita un ejemplar de serpiente para extraerle cariñosamente el veneno con el que fabricar el antídoto. Una vez extraído se congela, convierte en polvo y se procesa químicamente para fabricar los antídotos. Al cabo de un año fabrican unas 100.000 dosis de estos antídotos, que salvan muchas vidas.
El protagonista de la entrevista dice que por suerte nunca ha sido mordido por una serpiente en todos los años que lleva trabajando; aun así probablemente tendría muy fácil acceder a los «polvos» que garantizaran su curación – algo que se complica en otras partes del mundo para quienes no viajan preparados o tienen un buen hospital cerca.