The Flavor Connection es un gráfico interactivo de Sientific American que explora las conexiones entre alimentos que tienen en común compuestos que dan sabor, basado en el trabajo Flavor network and the principles of food pairing.
Cada uno de los puntos azules es una comida; están divididas a su vez en 14 categorías que aparecen en orden alfabético (en ingles). De izquierda a derecha: bebidas alcohólicas, productos animales, cereales, productos lácteos, pescado y marisco, flores, fruta, hierbas, carne, nueces, semillas y legumbres, plantas, derivados de plantas, especias y vegetales.
El tamaño de cada punto representa lo popular que es cada uno de los alimentos en una base de datos de 56498 recetas, del huevo, que sale en 20951 de estas recetas, al caviar de esturión, el pelargonio y otros 14 alimentos que salen en una sola de ellas.
Si dos alimentos están conectados por una es que contienen al menos una molécula relacionada con el sabor en común; cuanto más gruesa es la línea, más moléculas comparten. Si la línea es gris, son alimentos de la misma categoría, si es roja, son de categorías distintas.
Cuanto más arriba está un alimento en su columna, más moléculas comparte con otros alimentos.
Para ver los detalles de cada uno, basta con hacer clic en él; puedes deseleccionarlo haciendo clic en el fondo.
Pero no hay que olvidar que la percepción de los sabores es algo mucho más complicado que lo que las moléculas que contiene cada alimento puede indicar, tal y como contó Helena Matute en su charla de Naukas Bilbao 2015, titulada Rico, rico.
(Vía @molinos1282).