Por Nacho Palou — 5 de agosto de 2009

Mapa global de emisiones de gases causantes del efecto invernadero

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC o UNFCCC por sus siglas en inglés), que desde hace un decenio a agrupa a la mayoría de los países, trabaja en el desarrollo de medidas para combatir el cambio climático, que se considera es causado en su mayor parte por la emisión de gases causantes del llamado efecto invernadero.

De la UNFCCC surgió en 1997 el Protocolo de Kioto, que establece medidas concretas -con vinculación legal- para 37 países industrializados más los países de la Unión Europea. Otros países han ratificado el acuerdo, cuyo principal objetivo es reducir, en el lustro que va de 2008 a 2012, la cantidad de gases emitidos a la atmósfera hasta que éstos sean de media un 5 por ciento (para España un 15 por ciento) mayores que los niveles de 1990, tomado como año base.

El seguimiento de la evolución de las emisiones de cada país es esencial para evaluar el cumplimiento del acuerdo. La UNFCCC es la principal fuente de información sobre la evolución y aplicación del Protocolo. El mapa de arriba permite visualizar la evolución de las emisiones por países.

Los datos pueden filtrarse para mostrar la evolución anual o respecto a 1990 (año base) además de por actividades y gases. Entre 1990 y 2006 España incrementó sus emisiones en más de un 60 por ciento (su máximo asignado es de sólo un 15 por ciento más).

En lo que a emisión de gases se refiere, la gestión del suelo tiene un impacto muy importante ya que el uso que se haga de él influye de manera determinante en la concentración de CO2 en la atmósfera. A esto se refieren las siglas LULUCF (Land use, land-use change and forestry, Uso y cambio de uso de la tierra y forestación), que contabiliza la emisión o la absorción de gases resultado de la acción del hombre sobre el uso del suelo, el cambio de uso del suelo (que principalmente suele ser de bosque a campos de cultivo) y las actividades forestales.

Las actividades forestales incluyen desde los incendios (que en España suponen la emisión de 6 millones de toneladas de CO2 cada año, según la WWF) a la reforestación.

El uso del suelo también tiene un impacto directo y determinante sobre la biodiversidad y los ecosistemas. Según el Programa Medioambiental de las Naciones Unidas, no hay mecanismo más efectivo para luchar contra la concentración de CO2 en la atmósfera que la propia naturaleza,

The Natural Fix? The Role Of Ecosystems In Climate Mitigation [PDF] - Salvaguardando y restituyendo los bosques y el suelo podría reducir, en los próximos decenios, hasta 50 gigatoneladas de gases que de otro modo permanecerán en la atmósfera.

El informe, elaborado para el Día Mundial del Medio Ambiente el pasado 5 de junio, destaca el papel esencial que juegan los ecosistemas "no sólo para combatir el cambio climático y las economías vulnerables al clima, sino también para lograr el desarrollo sostenible y reducir la pobreza."

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