Ciertamente no faltarán pioneros humanos cuando hayamos dominado el arte de volar…
Mientras tanto, prepararemos, para los valientes viajeros del cielo, mapas de los cuerpos celestes".
Con nuestros instrumentos cada vez más sensibles y con la ayuda de algoritmos cada vez más afinados que nos ayudan a extraer la información relevante del mar de datos en bruto que nos proporcionan es rara la semana en la que los científicos –y a veces los aficionados– no descubren algún planeta extrasolar nuevo.
A Map to the Celestial Bodies es un mapa elaborado por la gente del Planetary Habitability Laboratory de la Universidad de Puerto Rico que recoge los casi 3.000 sistemas planetarios distintos al nuestro que conocemos en la actualidad. Está en una proyección polar aplanada –como si lo viéramos desde muuuuuuuuuy arriba del polo norte, lo que ayuda a ver en qué dirección caen esos sistemas respecto a nosotros y a qué distancia están. La distancia, ojo, es logarítimica, porque el universo es muy, muy grande, y si no no habría manera de encajar todos los sistemas en un tamaño razonable de imagen.
El color del círculo indica el tipo de estrella de cada uno de los sistemas. Aquellos con planetas potencialmente habitables tienen puesto su nombre y están marcados con un círculo rojo.
El enjambre de sistemas entre las 18 y las 20 horas de ascensión recta se corresponde con el campo observado por el telescopio espacial Kepler, que se pasó años mirando a una zona muy concreta del universo y por ello encontró tantos sistemas planetarios.
Pero es fácil ver que, miremos hacia donde miremos, el universo está lleno de planetas.
(Vía Tokaidin).
Relacionado,