Por @Alvy — 8 de diciembre de 2007

Dicen que Claude Shannon, el padre de la Teoría de la Información, tenía en su despacho un juguete en forma de caja que construyó a partir de una idea de Marvin Minsky. Lo llamaba La Máquina Definitiva.

La máquina definitiva tenía el tamaño de una caja de puros cerrada. Alojaba un interruptor en uno de sus lados. Al pulsarlo, lo que sucedía era lo siguiente: se oía un zumbido, se abría la tapa y una mano surgía de su interior. La mano maniobraba hasta apagar el botón. Acto seguido volvía a su posición original, tras lo cual la tapa se cerraba y el zumbido cesaba. En cierto modo, era la autorrefencia definitiva: una máquina cuyo propósito era apagarse a sí misma.

No he conseguido encontrar ningún vídeo ni más referencias que descripciones como estas tras un rato de buscar por ahí. Pero parece ser, como cuenta Charles Seife en Decoding the Universe, que el efecto psicológico al verla en persona sólo podía calificarse como devastador entre aquellos que no sabían previamente qué iba a suceder. Tal y como cuentan en su biografía, «nada podía ser más inconcebiblemente siniestro que una máquina que no hace nada, absolutamente nada, excepto apagarse a sí misma.»

Además de esto, dicen que Shannon también tenía en la mesa una máquina que había construido él mismo, capaz de resolver el cubo de Rubik de forma mecánica.

Actualización: Da gusto lectores que buscan mejor que nosotros mismos. Marcelo encontró esta página donde se ven unas fotos y un vídeo: The Most Beautiful Machine, aunque por el tamaño parece bastante más grande que «una caja de puros». No creo esta sea con certeza la misma máquina que Shannon tenía en su mesa, pero en cualquier caso viéndola se entiende mejor la idea.

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