Si estos días miras hacia el este a primera hora de la mañana, mejor cuando ya no se ven las estrellas pero aún no se ha hecho de día del todo, verás dos puntos de luz que no tienen pérdida.
El de arriba es Venus, el lucero del alba; más abajo, a la izquierda, está Júpiter.
Y si sigues atentamente la línea imaginaria que los une, podrás ver un poco a la izquierda de ésta, como a un tercio de su longitud empezando por Júpiter, otra luz más tenue, que es Marte.
Como apenas hace unos meses estaba en conjunción, o lo que es lo mismo, al otro lado del Sol, se ve bastante más pequeño que en sus mejores momentos, así que lo mismo te cuesta verlo si ya falta demasiado poco para que salga el Sol o por culpa de la contaminación lumínica.
El día 28 de octubre los tres estarán estarán muy apiñados, pero por ahora puedes ir disfrutando ya del espectáculo, que en lo que queda de esta semana incluye también a la Luna menguante en las proximidades.
El que estos astros estén cerca en el cielo, por supuesto, no significa nada de nada: no va a haber ningún tipo de cataclismo, los que nazcan estos días no están llamados a dominar el mundo, ni nada de eso.
Simplemente, es un espectáculo gratis del que disfrutar.