En Slate, Don’t Walk on Escalators. It’s Faster if Everyone Stands,
Un estudio de la Universidad de Greenwich en 2011 detectó que, de promedio, alrededor del 75 por ciento de los usuarios del metro permanecían quietos en las escaleras mecánicas, mientras que el otro 25 por cierto subía las escaleras mecánicas caminado, a pie. De entrada ya se puede ver que reservar la mitad de la escalera mecánica para que sólo una cuarta parte de los viajeros la puedan subir a pie puede no tener sentido. Es más, la gente tiende a dejar más distancia entre ella cuando está caminado o sube a pie la escalera mecánica que cuando permanece quieta.
Al parecer este de las escaleras mecánicas es un asunto simulado y estudiado y por lo visto siempre la conclusión tiende a ser la misma: si todo el mundo permanece quieto en las escaleras mecánicas éstas pueden desplazar a más pasajeros por minuto.
Por ejemplo, en las simulaciones llevadas a cabo por Transport for London una escalera mecánica determinada llena de gente quieta puede trasladar 112,5 personas por minuto; la misma escalera mecánica dividida en dos mitades, una para quienes permanecen quietos y la otra para quienes prefieren subir a pie, reduce el flujo de pasajeros a 81,25 personas por minuto.
Más recientemente una prueba llevada a cabo en el MundoReal™ confirmó los datos del simulador: durante varias semanas el personal del metro de Londres obligaba a los viajeros a mantenerse quietos en las escaleras; obligaba como podía, claro. Esto es, el personal lo rogaba amablemente y como buenamente podía, y hasta usaban parejas que, cogidas de la mano, hacían lo posible por bloquear el paso a los caminantes.
Y aunque difícilmente se podía conseguir que todo el mundo se mantuviese quieto en las escaleras —simplemente no se puede obligar a nadie a no caminar— los resultados obtenidos indicaban que la misma escalera que normalmente trasladaba a 12 745 personas en una hora de mucha afluencia era capaz de aumentar su capacidad hasta las 16 220 personas en esa misma hora cuando la mayor parte de los viajeros se quedaban quietos.
El problema, claro está, es que uno individualmente avanza más rápido si sube las escaleras andando; de hecho, a mucha gente le resulta entre complicado e imposible quedarse quieta en unas escaleras mecánicas — y mucho menos aún si va con prisa o si llega tarde a su destino.
Hay más detalles al respecto en The Guardian, The tube at a standstill: why TfL stopped people walking up the escalators.
Fotografía: Escalator at Westminster Underground Station (cc) Alan Newman.
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