Por @Alvy — 21 de noviembre de 2019

En este vídeo de la Universidad de York explican cómo en el departamento de psicología han estado haciendo experimentos con unas máscaras de silicona hiperrealistas. Son tan reales, tan reales, que cuando se hacen pruebas con grupos de gente voluntaria para distinguirlas de una persona sin máscara, no siempre aciertan bien cuál es cuál. Esto es gracioso porque así a simple vista en el vídeo las máscaras parecen un tanto burdas (ejem) y recuerdan un poco a Joaquín Reyes disfrazado (!) Pero por otro lado dicen que han hecho el experimento correctamente, así que les dejamos el beneficio de la duda.

Máscaras hiperrealistas que engañan en las pruebas a la mayor parte de la gente

El estudio completo está publicado en Cognitive Research Journal (More human than human: a Turing test for photographed faces). Según parece la capacidad de distinguir si un rostro es real o es una máscara depende bastante del tiempo de observación; con tiempos de 0,5 segundos la gente se equivocaba un 33% de las veces; con tiempo ilimitado, sólo un 20%. Hicieron las pruebas con 120 personas voluntarias. Dicen que es una especie de «test de Turing» para las máscaras: si consiguen engañar a la mayor parte de la gente, es que son tan reales como un rostro real. Algo así como en Misión: imposible, vamos.

Los investigadores dicen que estudian estas cosas para ver la fiabilidad de las respuestas de la gente, qué puede suponer esto en el caso de las pruebas forenses, evaluar la fiabilidad de los sistemas de reconocimiento facial y cosas así.

Dicen que ya ha habido varios casos de delitos con gente haciéndose pasar por otras personas de forma ultrarrealista, a veces simplemente para dejar pistas falsas, a veces para conseguir mayor efectividad en sus actividades (un conocido caso fue en el que imitaron a un ministro francés). Una máscara de silicona de este tipo cuesta unos 1.000 euros más o menos. Un trabajo curioso el de estos psicólogos, la verdad.

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