Cuando este invento de la Universidad de Rochester se haga realidad ni el traje de Aquaman estará más seco: se trata de un nuevo metal que repele el agua gracias a su nanoestructura, creada especialmente con un láser de alta intensidad.
Como un vídeo explica más que mil JPEGs, véase cómo unas gotas de agua en una sartén de telfón requieren hasta un ángulo de 70 grados para «caerse» mientras que en una placa de este nuevo metal rebotan y rebotan con total naturalidad.
Entre algunas de sus aplicaciones estarían los usos sanitarios, lo que ayudaría a crear productos de todo tipo especialmente aislantes que vendrían muy bien en los países en desarrollo para la recogida de agua, por ejemplo.