Descubierto entre 1900 y 1901 en los restos de un naufragio en las proximidades de la isla de Anticitera el mecanismo de Anticitera lleva desde entonces siendo un misterio, aunque poco a poco, con mucho trabajo, se ha ido desvelando parte de este misterio.
Compuesto por al menos 30 engranajes de bronce alojados en una caja de madera de 340 × 180 × 90 milímetros, el mecanismo de Anticitera es capaz de calcular la posición del Sol, la Luna, y algunos planetas para predecir eclipses o marcar el inicio de los juegos olímpicos, entre otras utilidades.
Pero tanto el pecio en el que fue hallado como distintos detalles de su construcción sitúan su fabricación entre los años 100 y 200 a. C., lo que es sorprendente porque usa un tipo de engranajes de los que no vuelve a haber constancia hasta el siglo XVI.
De hecho, hay quien opina que se podría considerar al mecanismo de Anticitera como un ordenador analógico mecánico. De hace más de 2 000 años.
Christián C. Carman, una de las personas que más tiempo ha dedicado últimamente a investigar el mecanismo de Anticitera, da en esta charla una explicación acerca de lo que hemos ido averiguando sobre él.
Y plantea incluso que sea el único tesoro que el general romano Marco Claudio Marcelo decidió llevarse de Siracusa tras haber conquistado la ciudad dada su admiración por Arquímedes, quien, según las fechas de construcción y otros detalles del mecanismo, podría haber sido su creador.
(Gracias por el enlace al vídeo, Nando).
- El Mecanismo de Anticitera, reconstruido, en Nature, con explicaciones de cómo funciona
- El mecanismo en Anticitera, reconstruido en LEGO, ¡casi nada!