Por @Alvy — 18 de enero de 2013

 Doação de sangue (CC) Gov/Ba

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Resultan curiosos los datos de un estudio de la Universidad Johns Hopkins en el que se trabaja desde hace décadas y en el que se pregunta a los médicos acerca de qué tratamientos aceptarían para salvar sus propias vidas frente a cuáles preferirían no recibir. [Actualización: Ver nota al final.]

Según esa lista los más aceptados son la rehidratación intravenosa, los antibióticos o las transfusiones sanguíneas. En cambio los médicos prefieren no someterse a la conocida reanimación cardiopulmonar (RCP), recibir ventilación artificial, diálisis, quimioterapia o someterse a cirugía. Entre el 80 y el 90 por ciento de los médicos participantes en el estudio han dicho no querer recibir esos tratamientos.

Sobre los calmantes hay más diversidad de opiniones y muchos simplemente no tienen una opinión formada al respecto.

No he visto los datos sobre el mismo estudio aplicado al resto de la población (a los que no son médicos, vamos) pero al parecer la divergencia es enorme. La conclusión, como dicen en Radiolab que es donde encontré esta referencia, es que

Hay una gran diferencia entre lo que los pacientes normales y corrientes esperan de esas intervenciones para salvar sus vidas y lo que los médicos opinan acerca de esos mismos procedimientos.

Foto: Doação de sangue (CC) Gov/Ba @ Flickr. Nota: Curioso resulta también el origen e interpretación del popular dicho latino «Médico, cúrate a ti mismo» que no es lo que parece a primera vista.

Actualización: Tal y como nos indica @medicorazon los datos se refieren a las preferencias de los médicos «dado un supuesto de daño cerebral irreversible» sin que se trate de una enfermedad terminal, lo cual hace un tanto más relativas las respuestas. Los datos del estudio son de 1998.

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