Los siempre espectaculares vídeos de MetaBall Studios son una forma rápida y directa de entender órdenes de magnitud muy grandes, ya sea en distancias gigantescas, tamaños desmesurados o fuerzas desencadenadas. En esta ocasión Álvaro Gracia, con datos científicos de Ignacio Ferrin, ha elegido los impactos de meteoritos como eventos que merecía la pena visualizar. Y utilizando como «unidad de medida» para su poder destructivo comparaciones con la bomba de Hiroshima (~15 kilotones o 15.000 toneladas de T.N.T.) como la bomba del Zar (~5.000 kilotones*) la cosa claramente promete.
La película de los impactos comienza con un meteorito de unos 4 metros de diámetro, que causa una explosión equivalente a «medio Hiroshima», con la ventaja de que además se destruye en el aire, así que poco nos enteramos desde abajo. Lo mismo le ocurre al de 20 metros, aunque ya son 18 Hiroshimas. Ojo que es ya sería es similar al de Cheliábinsk de 2013, que como quien dice fue hace dos días y del que hay muchos vídeos en YouTube, cosas de la vida moderna. Un meteorito de 50 metros ya son casi 400 Hiroshimas, y revienta a unos 8 km de altitud, con una onda expansiva que destruye un área como la de Manhattan. La cosa se pone interesante.
A partir de aquí comienza el festival de exceso y destrucción: un meteorito de 90 metros, como el de Tunguska de 1927 deja un cráter de 1 km y destruiría gran parte de Nueva York. De aquel sólo tenemos el recuerdo de sus efectos en películas en blanco y negro de la época, rodadas años después. En el caso del famoso Apophis de 370m que se utiliza como leyenda urbana asustaviejas la cosa ya se iría a 51 bombas del zar, con un cráter de 6 km. Un meteorito de 1 km de diámetro (tamaño Burj Dubai) sería ya como 1.000 bombas del zar y el hostión sería fino filipino, dejando un cráter de 14 km y una devastación masiva.
También hay ejemplos de meteoritos más grandes impactando otras ciudades, para que esto no parece Hollywood. Por ejemplo uno de 20 km sobre París (¡Ooh la la! Adiós Francia completa y parte norte de España) o uno de 100 km sobre Roma, poderoso como 1.000 millones de bombas del zar: adiós Europa, media África y buena parte de Asia. Ese heraldo de la muerte ya afectaría a casi medio planeta (el bujero sería de unos 840 km) aunque en la práctica incluso los más pequeños se saben que afectan a toda la atmósfera terrestre, lo cual es igual de malo y destructivo. El último impacto, ya de película armagedónica, sería el de Ceres, el planeta enano, que tras destruir cada centímetro cuadrado del planeta Tierra lo dejaría limpio y desinfectado de todo rastro de vida; no quedarían vivas ni a las resistentes cucarachas.
Tras estas instructivas imágenes puedes visualizar mejor las consecuencias de los deseos del tipo «¡Ay, meteorito, ven ya, por favor!» que son inevitables ante ciertas situaciones absurdas del MundoReal™. Solo que ahora puedes afinar y elegir el tamaño del meteorito dependiendo de si quieres que se acabe el mundo en una especie de ¡tierra, trágame! o te vale con que afecte sólo a una pequeña parte de él.
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* En el vídeo hay una errata y le falta un cero al poderío de la bomba del zar; realmente son 50.000 kilotones.
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