Por @Wicho — 5 de Marzo de 2015

Esta semana un cohete Falcon 9 ponía en órbita dos satélites de comunicaciones, uno de Eutelsat y otro de Asia Broadcast Satellite.

Son satélites destinados a funcionar en órbita geoestacionaria, y como tales no tienen mucho que destacar, aunque en realidad nos proporcionan unos servicios que hoy damos como sentados y que hace apenas 40 años no teníamos: yo aún recuerdo tener que pedir conferencias internacionales a través de la operadora humana.

Pero bueno, batallitas de abuelo cebolleta aparte, lo que hace peculiares a estos dos satélites es que usarán motores de iones para llegar a su destino final a unos 36.000 kilómetros de altitud.

Como explica este vídeo, en un motor de iones se carga eléctricamente un gas, habitualmente xenón, lo que lo convierte en un ión, un átomo o molécula con carga eléctrica. Esos átomos cargados eléctricamente se aceleran al pasar a través de unas rejillas metálicas también cargadas eléctricamente que los atraen, y al salir del motor a través de ellas, por el principio de acción y reacción, empujan la nave.

Eso sí, aunque como diez veces más eficaces que los motores cohete tradicionales, su impulso es muy bajo, tipo el que hace una hoja de papel sobre tu mano o el que haces tú al soplar.

Motor de iones en pruebas
Motor de iones en pruebas - NASA

Así, la sonda Dawn de la NASA, que también usa este tipo de motores, tarda cuatro días en acelerar de cero a cien.

Pero la ventaja es que los motores de iones pueden permanecer encendidos días, semanas, meses, e incluso años, con lo que al final proporcionan una velocidad más que decente siempre que no tengas prisa.

Los dos satélites de los que hablábamos al principio tardarán como ocho meses en alcanzar su órbita definitiva; la sonda SMART 1 de la Agencia Espacial Europea tardó 16 meses en llegar de la órbita de la Tierra a la Luna, pero al final de su misión había conseguido recorrer 100 millones de kilómetros con solo 60 kilos de combustible.

Mañana Dawn será la primera nave en 57 años de exploración del espacio que entre en órbita alrededor de un segundo astro cuando empiece a orbitar alrededor de Ceres tras haber estado antes en órbita alrededor de Vesta, algo que sólo ha sido posible gracias al uso de motores de iones.

Se puede seguir a Dawn en Twitter como @NASA_Dawn.

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear Publicar