Por @Wicho — 17 de septiembre de 2015

Una cápsula Orión en órbita
Impresión artística de una cápsula Orión en órbita

Según lo que se puede leer en NASA Completes Key Milestone for Orion Spacecraft in Support of Journey to Mars la cápsula tripulada Orión de la NASA acaba de pasar un importante paso en su desarrollo.

Básicamente lo que dicen es que la agencia está trabajando firmemente en su desarrollo y que bla bla bla…

Pruebas en tierra
Ingenieros de la NASA haciendo pruebas en tierra de una Orión simulada

Pero esa nota de prensa incluye también el primer reconocimiento oficial de que la primera misión tripulada de una cápsula Orión podría aplazarse hasta abril de 2023 en lugar de producirse en 2021, que era la fecha prevista hasta ahora.

Y si la propia NASA lo está diciendo, lo extraño será que ese retraso no se produzca, o incluso que no vaya más allá.

Así, la agencia habrá pasado al menos doce años sin medios para poner en órbita un astronauta. La misma agencia que en doce años pasó del primer vuelo suborbital de Alan Shepard en 1961 a la última misión Apolo en 1972. Esto incluye seis aterrizajes en la Luna.

Además, para que la Orión vuele tripulada –sea en 2023 o cuando sea– antes tiene que realizar un vuelo de prueba vacía más allá de la Luna, la conocida como Exploration Mission 1. Esta misión está prevista para septiembre de 2018, pero también habrá que ver si se cumple esta fecha, pues tiene que ser lanzada por un cohete, el Space Launch System, que todavía no está listo.

Es cierto que buena parte del problema viene por la escasa financiación de la agencia, que le obliga a hacer las cosas más despacio de lo que quizás podría, pero no es menos cierto que también viene de que no hay una voluntad política clara detrás; no hay un foco claro en lo que la agencia debe hacer, y eso es casi peor.

De hecho la NASA habla de ir a Marte y de la Orión en la misma frase sin ningún empacho cuando la Orión está diseñada para permanecer como mucho tres semanas en el espacio, mucho menos tiempo del necesario para alcanzar Marte.

Y falta por ver qué pasará cuando el presidente que sustituya a Barack Obama tome posesión y empiece a tomar sus propias decisiones acerca de los objetivos de la NASA.

No pinta muy bien la cosa.

Menos mal que la NASA tiene un plan B con las cápsulas tripuladas Dragon y Starliner de SpaceX y Boeing; de hecho tiene ya astronautas entrenándose para volar en ellas en 2017 ó 2018.

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