Cuando la NASA retiró del servicio sus transbordadores espaciales en 2011 se quedó sin ninguna nave tripulada capaz de poner sus astronautas en órbita.
Por ello desde entonces tienen que comprar plazas en las cápsulas Soyuz rusas para hacer llegar sus astronautas a la Estación Espacial Internacional.
Pero uno de sus objetivos prioritarios es volver a disponer de la capacidad de lanzar astronautas desde los Estados Unidos y con naves estadounidenses.
Para ello la NASA está desarrollando la nave tripulada Orión, a la vez que está trabajando con Boeing y SpaceX, que están desarrollando sus propias naves tripuladas.
Dentro de la colaboración con estas dos empresas, y dentro del proceso de certificación de las naves, está especificado que cada una de ellas tiene que realizar al menos un vuelo con al menos un astronauta de la NASA a bordo que demuestre que puede ser lanzada, maniobrar en órbita, atracar en la Estación Espacial Internacional, y volver a aterrizar de forma segura.
Impresión artística de la CST-100 en órbita - Boeing
Y tal y como se puede leer en NASA Selects Astronauts for First U.S. Commercial Spaceflights, la NASA acaba de seleccionar los cuatro primeros astronautas que se entrenarán para volar en la CST-100 y la Crew Dragon.
Se trata de Robert Behnken, Eric Boe, Douglas Hurley y Sunita Williams, todos ellos veteranos de varias misiones espaciales.
Una vez certificadas para el servicio con la NASA la CST-100 y la Crew Dragon la agencia contratará entre dos y seis lanzamientos a la EEI con cuatro tripulantes y unos 110 kilos de carga a bordo.
El objetivo es que los primeros lanzamientos de ambas naves se puedan producir en 2017, aunque SpaceX parece llevar un poco de ventaja, pues ya ha probado con éxito el sistema de escape de su nave.
- La NASA seguirá apoyando del desarrollo del avión espacial Dream Chaser, un tercer contendiente en el desarrollo de naves espaciales tripuladas que se quedó descolgado en la carrera por hacerse con el contrato con la agencia