Las personas negras son menos inteligentes ha dicho James Watson. Es sin duda el WTF del día, sobre todo porque el protagonista de tan desafortunado comentario no es otro que uno de los descubridores del ADN (el material en que están codificados nuestros genes) y uno de los más prestigiosos científicos del siglo XX. Tal vez para conseguir un poco de autopromoción para su nuevo libro, lo cierto es que no es la primera vez que «se expresa abiertamente» sobre política, religión, las diferencias entre razas y sexos o temas como la homosexualidad o incluso la obesidad, molestando a colectivos enteros con sus afirmaciones.
Tal y como comentaba un científico en el informativo de Antena 3 donde también han hablado del tema, si algo sabemos sobre la inteligencia es que es un factor que viene determinado por un gran número de genes distintos, además de la influencia del entorno (ambiente) durante el desarrollo de cada persona: una afirmación tan arriesgada como la de Watson es de todo menos adecuada.
A sus 79 años, James Watson parece una demostración viviente de que se puede ser muy inteligente, haber estudiado una carrera, haber sido profesor y dirigido una importante institución científica o incluso haber ganado un premio Nobel de medicina… y aun así ser un perfecto gilipollas.
Actualización (18 de octubre de 2007): Javier Armentia publica la portada de The Independent
que es el diario al que Watson hizo las desafortunadas declaraciones, junto con la anotación Genes De Negro donde da su punto de vista científico sobre el tema:
Es difícil de sostener que [la inteligencia] sea algo exclusivamente genético, más aún asociado al fenotipo racial, más aún con la escasa evidencia de que el propio concepto de raza tenga significación en la población humana, y no es un tema simplemente de corrección o incorrección política. Hay una amplia mezcla de tipos raciales, tan amplia que es difícil poder tener poblaciones diferentes con las que realizar estudios en los que la única variable sea el color de la piel… Por supuesto, las variables socioeconómicas y culturales, el aprendizaje o la motivación operan con mayor intensidad de lo que ningún estudio haya podido soslayar.
Más: José María Bermúdez de Castro, codirector de la excavación de Atapuerca en Público.es:
En 100.000 años de expansión del Homo sapiens no ha habido tiempo suficiente para cambios apreciables en la inteligencia. Hay diferencias por las condiciones ambientales, pero genéticamente somos exactamente iguales que hace 200.000 años.
Actualización (19 de octubre de 2007): Watson se retracta y pide perdón, lo cual le honra:
No entiendo cómo pude decir lo que han dicho que dije. A todos aquellos que hayan interpretado de mis palabras que África, como continente, es de algún modo genéticamente inferior, pido disculpas sin reservas. No es eso lo que quise decir. Y, lo que es más importante, desde mi punto de vista, no existe base científica para tal creencia.
(Vía televisiva-internetera: Matías Prats + Google.)