La zona de Imhotep, en el lóbulo grande del núcleo de 67P, a 8,9 kilómetros de la superficie; la escala es de 0,76 metros por pixel en el original - ESA/Rosetta/NAVCAM – CC BY-SA IGO 3.0
El pasado 14 de febrero de 2015 la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea realizaba su máxima aproximación al núcleo del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, pasando a tan solo 6 kilómetros de este.
El objetivo era pasar sobre las zonas más activas del cometa para que los científicos de la misión puedan estudiar y analizar la relación entre la actividad de la superficie y la atmósfera del cometa; en particular quieren echarle un vistazo a las zonas en las que escapa gas de la superficie del cometa y para ver como las sustancias presentes en esos chorros evolucionan según se alejan del núcleo.
La pasada se realizó con el Sol a espaldas de Rosetta, para poder obtener imágenes sin sombras, así que las imágenes son menos dramáticas espectaculares de lo que nos gustaría, pero para ir matando el gusanillo la ESA ya ha publicado un primer juego de dieciséis imágenes que forman cuatro mosaicos, tal y como se puede ver en CometWatch 14 February – flyby special.
67P y un Boeing 777 para dar una idea de la escala; este es el cuadrante superior derecho de la imagen de arriba - @SungrazerComets vía RT de @EpicCosmos - ESA/Rosetta/NAVCAM – CC BY-SA IGO 3.0
La misión Rosetta de la Agencia Espacial Europea es la primera en entrar en órbita acerca del núcleo de un cometa, al que viene acompañando desde el pasado 6 de agosto de 2014, y al que acompañará hasta meses después de que pase por el perhihelio de su órbita; en las semanas recientes hemos ido viendo como el núcleo de 67P se va poniendo las pilas.
Esto nos permitirá estudiar en profundidad por primera vez y de cerca el comportamiento de un cometa; entre otras cosas nos permitirá saber cómo se forman sus colas, algo que hasta ahora nunca pudimos estudiar con tanto detalle.
Rosetta llevaba con ella un aterrizador, Philae, que el pasado 12 de noviembre se posaba sobre la superficie de 67P, para funcionar durante casi 60 horas antes de que se agotaran sus baterías, aunque hay la esperanza de que se vuelva a activar en unos meses, cuando 67P se acerque más al Sol y sus paneles solares puedan producir más energía.
Y para los moñas del lugar, seguro que es una coincidencia que el momento en el que Rosetta y Philae han vuelto a estar mas próximos que nunca tras su separación el 12 de noviembre haya sido precisamente el día de San Valentín; las agencias espaciales están llenas de gente seria y responsable que no tiene este tipo de cosas en cuenta.