Fresh Tiger Stripes on Saturn's Enceladus, APOD del 6 de abril de 2014: Las tiras de tigre de Encélado, de donde salen los chorros de gas detectados por la sonda Cassini - Cassini Imaging Team, SSI, JPL, ESA, NASA
En enero de 2005 las cámaras de la sonda Cassini obtuvieron unas imágenes de Encélado, una de las lunas de Saturno, descubierta por William Herschel el 17 de septiembre de 1789, que sugerían que de su polo sur salían unos chorros de partículas heladas.
Pero fueron necesarias más observaciones para confirmar que no se trataba de un error de las cámaras, así que hasta marzo de 2006 no se publicaron los primeros trabajos que confirmaban la existencia de estos chorros, tal y como se puede leer en The restless world of Enceladus [PDF 684 kb].
Saturn's Giant Sponge, los chorros de gas de Encélado en noviembre de 2005
En ellos ya se sugería que su origen podía estar en la presencia de un océano bajo la superficie helada de esta luna que habría obtenido el calor necesario para mantenerse líquido de la tensión gravitatoria que Saturno provoca sobre esta pequeña luna de apenas 500 kilómetros de diámetro que de otro modo no podría generar por si misma el calor necesario.
Es un poco como si coges un trozo de goma con las manos y lo estrujas y lo sueltas repetidamente. Si insistes durante el tiempo suficiente, acabará calentándose. Y Saturno tiene bastante más fuerza que tú, y lleva mucho más tiempo haciéndole algo parecido a Encélado.
Hace unos días la NASA acaba de hacer públicos nuevos resultados que son consistentes con la teoría de que existe un océano líquido bajo el polo sur de Encélado, tal y como se puede leer en NASA Space Assets Detect Ocean inside Saturn Moon.
En este caso ha utilizado las comunicaciones por radio con Cassini para obtener estos resultados.
Resulta que el polo sur de Encélado tiene una depresión que hace que su gravedad sea menor en esa zona, lo que se nota en la forma en la que afecta a la velocidad de Cassini cuando pasa sobre esa zona de la luna, algo que somos capaces de detectar en las señales que llegan de Cassini a través de todos estos millones de kilómetros.
Es el efecto Doppler en acción sobre las señales de radio, el mismo que hace que cuando un coche se va acercando a nosotros el sonido de su motor vaya sonando más agudo, mientras que cuando se aleja va sonando más grave; en el caso de las señales de radio la velocidad de la sonda hace que aumente o disminuya su frecuencia, y eso es lo que nos permite medir las variaciones de su velocidad.
De hecho la Deep Space Network de la NASA, la red que se encarga de recibir las comunicaciones con las sondas espaciales que tenemos repartidas por el sistema solar y que tiene antenas repartidas por todo el mundo, es lo suficientemente sensible como para detectar variaciones en la velocidad de Cassini de unos 30 centímetros por hora.
Antena de 70 metros de la DSN en el Madrid Deep Space Communications Complex de Robledo de Chavela - cc Hector Blanco de Frutos
Pues bien, aunque en efecto la gravedad en el polo sur de Encélado baja debido a esa depresión en su superficie, baja menos de lo que debería debido al tamaño de esta, tamaño que hemos podido medir con precisión gracias a las cámaras de la propia Cassini, lo que sugiere que hay algo bastante denso bajo esa parte de la superficie de la luna que compensa parcialmente la masa que falta en la superficie.
Y los datos son consistentes con la idea de que ese algo sea un océano, probablemente limitado al polo sur de Encélado, de unos 10 kilómetros de profundidad, bajo una capa de hielo de entre 30 y 40 kilómetros de grosor.
Ocean Inside Saturn's Moon Enceladus, una ilustración de la estructura interna de Encélado
Hay que tener muy en cuenta que podría haber otras explicaciones a la presencia de estos chorros de gas que salen del polo sur de Encélado y a esta anomalía gravitatoria, pero por ahora la presencia de un mar líquido allí, a millones y millones de kilómetros del Sol, es la mejor explicación que tenemos.
Un mar de agua líquida en el que hay partículas orgánicas que los instrumentos de Cassini han detectado en los chorros de gas que salen de Encélado.
Calor, agua, y partículas orgánicas. Los componentes básicos de la vida tal y como la conocemos.
En una luna helada de Saturno.
¿Cómo es posible no pensar que, aunque no tengamos pruebas que nos permitan afirmarlo, la Tierra no puede ser el único sitio del universo que albergue vida?