Lo cierto es que π se lleva toda la gloria cuando se habla de números interesantes en la matemática, pero el número e comparte muchas de sus características: es un número irracional, trascendente y no sigue ningún patrón.
Pero nada de eso le sirve para pasar de ser el segundón en la carrera, aquel del que todo el mundo se olvida como del que ganó la medalla de plata en las olimpiadas (aunque hay quien opina lo contrario). Que además e se asocie a la palabra logaritmo tampoco le ayuda a ganarse simpatías, todo sea dicho.
e = 2,7
Nada de esto hace que e deje de ser sumamente interesante, especialmente en cálculo: para calcular crecimientos, datar acontecimientos o en muchas cuestiones económicas. Eduardo Sáenz de Cabezón cuenta todo esto (y más) en un estupendo vídeo en castellano en su canal de divulgación matemática: Derivando.
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