¡Ajá, lo sabía! Tom Scott recurre a «ciencia de la buena» para demostrar que esos numeritos que tienen los diales de las tostadores no indican en realidad «minutos» como se suelen pensar (y cuentan por ahí en Internet, ese nido de falsedades). Y además da igual el modelo de tostadora y su precio.
La razón es que las tostadoras suelen ser tan baratas que ni siquiera incorporan un temporizador; lo que hacen es utilizar un valor a ojímetro que mide la separación de dos placas metálicas debido al calor, o un condensador. Algo tan impreciso que nada tiene que ver con los minutos, como demuestra el vídeo. Pero que hace su labor: «tostada normal al 2, tostada muy hecha al 3 y medio…»
De hecho lo que tardan tiene más que ver con la temperatura que con el tiempo: es fácil de observar que las primeras tostadas tardan un tiempo determinado y las siguientes se hacen más rápido porque la tostadora ya está caliente.
La mejor forma de conseguir la tostada óptima es pues el famoso recurso del ensayo y error que varía de tostadora en tostadora. Debido a esto, si lo piensas, da igual que marque minutos, «momentitos» o kilofluzos.