Por @Wicho — 7 de Octubre de 2021

Plasmodium falciparum en sangre – CDCAunque no tiene una gran eficacia la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de decidir recomendar una vacuna contra la malaria por primera vez en la historia. Se trata de una vacuna que actúa contra el Plasmodium falciparum, el más mortal de los cinco patógenos que causan la malaria, y el más extendido en África. El nombre de la vacuna es RTS,S o Mosquirix.

La eficacia de la vacuna es, en el mejor de los casos, de un 50% frente a casos graves de la enfermedad en el primer año de aplicación, desapareciendo esa efectividad a los cuatro años. Pero la OMS espera que combinada con otras medidas como el uso de mosquiteros con insecticida en las camas, la desinfección del interior de las casas, y los tratamientos médicos para quienes desarrollan la enfermedad, se pueda reducir la mortandad infantil: la malaria mata a medio millón de personas cada año, casi todas ellas en el África subsahariana, entre ellas 260.000 niños menores de 5 años.

La malaria es una enfermedad para la que se llevan cien años intentado desarrollar una vacuna, algo que es extremadamente complicado porque la causa un parásito, pues los parásitos son mucho más complejos que los virus o las bacterias. Y de hecho ha habido varios intentos en este tiempo de desarrollar vacunas para la malaria. Pero todos han fracasado.

En esta ocasión la apuesta pasa por ver que efectivamente se reduce la mortandad infantil, algo que no se ha medido en los estudios llevados a cabo antes de la aprobación de la vacuna. Aunque se estima si la vacuna se extendiera a los países con mayor incidencia de malaria podría evitar 5,4 millones de casos y 23.000 muertes en niños menores de 5 años cada año.

Pero es una apuesta no exenta de riesgos, ya que el patrón de aplicación de la vacuna requiere tres dosis entre los 5 y los 17 meses y una cuarta dosis aproximadamente 18 meses después. Y su logística de mantenimiento tampoco es sencilla. Por eso hay voces que se oponen al despliegue de esta vacuna, ya que creen que el dinero que se va a emplear en ella se podría usar para potenciar las otras medidas ya citadas como el uso de redes, la desinfección de casas, y los tratamientos para las personas infectadas.

Y en cualquier caso la recomendación de la OMS no es ley: las autoridades sanitarias de los países más afectados serán las que tengan que decidir si seguir la recomendación. Y en ese caso tendrán que buscar financiación.

Aunque una buena noticia puede estar en que si GAVI, la alianza global para las vacunas, decide que merece la pena, podría encargarse de su financiación. En cualquier caso, un avance contra cualquier enfermedad siempre es una gran noticia.

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