El 19 de octubre de 2017 Robert Weryk, trabajando con observaciones hechas por el telescopio Pan-STARRS, descubría el primer visitante interestelar que hayamos visto jamás, aunque con toda seguridad no es el primero que pasa por nuestra esquinita del cosmos.
Bautizado como 'Oumuamua en principio fue catalogado como un asteroide, aunque según se puede leer en Interstellar asteroid is really a comet observaciones hechas con el Hubble han puesto esto en duda. Y es que 'Oumuamua no está frenando como debería hacerlo si sólo actuara sobre él la fuerza de la gravedad del Sol y de los planetas del sistema solar.
Se han analizado y descartado ideas como que la presión de la radiación del Sol o los efectos térmicos de éste o la interacción con el viento solar sean los causantes de esa desviación. También se descartó una colisión con otro cuerpo que lo haya podido desviar de su rumbo por extremadamente improbable. Y tampoco se considera probable que 'Oumuamua en realidad esté formado por dos cuerpos separados ligeramente ligados por la gravedad, en cuyo caso su comportamiento sería distinto al de ser un sólo cuerpo.
Esto deja como opción más razonable asumir que está emitiendo gases, como hacen los cometas. Y aunque es cierto que no se detectaron en ninguna de las observaciones los científicos responsables del estudio creen que es debido a que echa muy poco gas, pero el suficiente como para que, con el tiempo, su trayectoria diverja de la prevista.
Que sea un cometa encaja además mejor con los modelos que manejan los astrónomos, que creen que es mucho más fácil que sean cometas los que sean expulsados de un sistema solar hacia otro porque sus trayectorias tienden a acercarlos más a sus estrellas que en el caso de los asteroides.