Por @Alvy — 17 de mayo de 2016
Aunque no están todas porque hay muchos, esta lista no está nada mal, sobre todo porque algunas no son tan obvias como podría parecer o ni siquiera se conocen popularmente. Las ha recogido Mental Floss en 8 Words you Might not Know were Named for Scientists:
- Voltio, por el físico Alessandro Volta, inventor entre otras cosas de la batería eléctrica («pila de Volta») hacia 1800.
- Galvanizar, por el físico Luigi Galvani, que descubrió que un zurriagazo eléctrico podía mover los músculos de una rana muerta.
- Guillotina. Del médico Joseph Ignace Guillotin, que propuso y popularizó este método de ejecución como «el menos doloroso». La leyenda urbana de turno dice que él mismo murió guillotinado, aunque en realidad no es cierto.
- Macadamia. Las famosa nueces deben su nombre a que John Macadam era amiguete del botánico alemán Ferdinand von Mueller, que fue quien acuñó su nombre en los libros para la posteridad. Proceden de Australia, Nueva Caledonia e Indonesia.
- Algoritmo. El famoso término que describe un proceso para realizar cálculos o llevar a cabo una tarea proviene del matemático y astrónomo persa Muḥammad al-Khwārizmī (Al-Juraismi), también considerado padre del Álgebra. Quizá por la injusta manía que tienen casi todos los escolares a las matemáticas su pena fue que también confundan algoritmo con logaritmo, mismas letras, distintos significados.
- Baudio. La unidad que mide los «símbolos transmitidos por segundo» homenajea a Émile Baudot, ingeniero de telegrafía francés.
- Nicotina. Proviene del apellido de Jean Nicot, diplomático y recopilador de uno de los primeros diccionarios, que además hizo sus pinitos con la medicina planteando que los ungüentos de nicotina servían para el dolor de cabeza y curar los tumores.
- Decibelio. Esta unidad que asociamos con la medición del ruido proviene del belio: una relación 10 a 1 entre una magnitud que se está analizando y la de referencia. Su nombre homenajea a Alexander Graham Bell, mundialmente conocido como el inventor del teléfono (aunque la historia demostró que el italiano Antonio Meucci lo inventó antes… ¿Deberíamos tener decimeuccis entonces? Hmmm…)