Existe un Centro Internacional de la Patata (CIP), sí. Está en Lima (Perú) y desde 1971 investiga y desarrolla soluciones sostenibles a problemas globales relacionados con el hambre, la pobreza y el cambio climático. Y desde hace unas semanas el CIP ha llevado a cabo una serie de experimentos para tratar de averiguar si las patatas pueden cultivarse en Marte — como en la película The Martian. O también si las patatas pueden cultivarse en climas terrestres extremos.
Para realizar el experimento la Universidad de ingeniería y Tecnología de Lima ha construido un entorno que simula algunas de las condiciones marcianas: altos niveles de CO2, baja presión atmosférica y radiación solar a cascoporro recreada mediante ledes. Después de todo Marte es lo peor.
Los primeros resultados se consideran prometedores, y el tubérculo confinado en un CubeSat hace sus cosas de tubérculo. Su desarrollo y evolución se puede seguir en directo y streaming a través de un par de cámaras disponibles online. “Si el cultivo puede soportar las condiciones a las que está sometido ahora hay muchas posibilidades de que puede crecer en Marte“, explica el investigador Julio Valdivia-Silva. “Queremos conocer cuáles son las condiciones mínimas aceptables para que una patata sobreviva.”
El estudio puede tener aplicaciones también aquí en la Tierra, como mejoras relacionadas con la salubridad de los cultivos, el crecimiento en suelos áridos y secos y para ayudar a los agricultores a cultivar en zonas extremas o afectadas por el calentamiento global, explican desde el CIP.