Aunque parezca increíble, si consigues ajustar bien la velocidad de la «silla de montar» la pelota encuentra un curioso equilibro y puede mantenerse horas girando y girando sin caerse. Técnicamente la forma que tiene la silla se llama algo así como potencial gravitatorio de cuadrupolos y al girar actúa atrayendo y repeliendo a la pelota (la idea de las trampas iónicas con cuadrupolos es la misma).
A la velocidad exacta adecuada, se consigue el equilibrio. En esta demostración en concreto, la silla –fabricada a mano con fibra de vidrio– gira a 110 revoluciones por minuto; la pelota no tiene nada de particular y se compró en una juguetería, es de 25 centímetros de diámetro. El vídeo está grabado a 240 fps con una cámara Casio EX-FH25.