Este artículo se publicó originalmente en Trend It Up, un blog de Sony Mobile donde colaboramos con anotaciones sobre el mundo de las tendencias combinadas de la tecnología, el diseño y las artes.
En un precioso trabajo divulgativo de Brad Goodspeed titulado Scale se nos descubre cómo se verían algunos de los diferentes planetas del Sistema Solar si estuvieran tan cerca como nuestra Luna, a unos 300.000 kilómetros de distancia. Esta cercanía los haría visualmente más grandes y sin duda atractivos: debido a lo alejados que están normalmente los vemos como «estrellas ligeramente coloreadas» a menos que se utilicemos un potente telescopio.
Junto a los nombres de los planetas se indica su tamaño, para compararlos con los 6.371 Km que tiene el de la tierra. La belleza azulada del gigante gaseoso Neptuno quedaría sin duda eclipsada por Saturno y sus anillos –que no está en este vídeo pero sí en este otra estupenda recreación– por no hablar del colosal tamaño de Júpiter, que aunque parezca que podría llegar a dominar el cielo si estuviera tan cerca (debido a un error de cálculo del autor y al tipo de «lente» empleada en la animación) ocuparía en realidad unos 21 grados del firmamento: su diámetro es unas 40 veces el de la Luna. Mención especial al aspecto que tendría una Tierra 2 situada a la distancia de la Luna, que también sería todo un espectáculo.
Pero si los planetas estuvieran tan cerca tendríamos un problema: su atracción gravitatoria sería tan poderosa que los planetas acabarían colisionando: unos fuegos artificiales cósmicos aunque quizá un tanto incómodos para los que habitamos este pequeño planeta.
En cambio hay unos objetos que están más lejos todavía en el cosmos y cuya belleza rivalizaría con los planetas si pudiéramos verlos a simple vista: las galaxias. El problema es que la luz que llega hasta nosotros desde ellas es tan tenue que no vemos nada a simple vista: necesitamos dejar que su luz incida durante minutos u horas en una placa fotográfica o un sensor digital para ver cómo son en realidad. Fotos de galaxias hay muchas, a cuál más bella todavía: espirales, circulares… Pero, ¿cómo se verían en comparación con la Luna y otros objetos cercanos si nuestros ojos pudieran verlas? He aquí un montaje que compara sus tamaños aparentes:
Sin duda, escenas como esta de la galaxia de Andrómeda (M31) nos dejarían embobados mirando al cielo toda la noche, sin necesidad de ver la tele o irnos al cine. Una pena que tengamos que depender de las cámaras fotográficas para apreciar toda su belleza.