Por Nacho Palou — 15 de diciembre de 2011

El plan que está desarrollando la NASA para obtener muestras de cometas que viajan por el sistema solar a velocidades de hasta 240.000 km/h es simple, al menos sobre el papel: acercarse con una sonda y, cual buque ballenero, disparar un arpón -¡tecnología milenaria al rescate!- capaz de penetrar la superficie del cometa.

Al extraer de nuevo el arpón éste debería haber recogido muestras de los materiales que lo componen. Se recoge y de vuelta a casa.

La idea de usar arpones en el espacio no es nueva, y de hecho la sonda europea Rosetta utilizará un par de arpones para tratar de engancharse al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko -en 2014- y poder así posar el aterrizador Philae sobre su superficie. El modelo de la NASA, en cambio, no está diseñado como método de anclaje sino para extraer muestras sin tener que aproximarse demasiado al cometa. § Dvice.

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