Por Nacho Palou — 18 de diciembre de 2017

1920px Chelyabinsk meteor trace 15 02 2013

Al parecer hasta ahora no se entendía con precisión científica cuál era el proceso que fragmentaba y hacía explotar un meteoroide que entraba en la atmósfera terrestre. Se sabía que el fenómeno estaba relacionado y con el calor y la presión que sufre el meteoroide cuando entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, “pero los investigadores se perdían cuando se trataba de explicar el porqué” de su explosión en vuelo, dicen en ScienceAlert.

El estudio que arroja detalles sobre el proceso lo han llevado a cabo Marshall Tabetah y Jay Melosh, investigadores del departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias y de la universidad de Purdue con la ayuda de la Oficina de defensa planetaria de la NASA. Los resultados se exponen en Air Penetration Enhances Fragmentation of Entering Meteoroids.

Los investigadores hicieron uso de modelos informáticos a partir de la información y de los fragmentos obtenidos del meteoroide de Cheliábinsk, una roca de entre 17 y 20 metros de diámetro y unas 9.000 toneladas de masa del que sólo se recuperaron unas 1.800 toneladas, “lo que significaba que algo había sucedido en las capas altas de la atmósfera que provocó toda esa pérdida de masa rocosa.”

Sim rotura meteoride atmosfera
Simulación de la supervivencia de los meteoroides comparando una porosidad inicial del 10 por ciento (a la izquierda del eje de simetría) frente a una porosidad inicial del 30 por ciento (a la derecha del eje de simetría) a lo largo de su trayectoria a través de la atmósfera. Imagen: M. E. Tabetah, H. J. Melosh. EAPS Department, Purdue University.

El modelo informático ha permitido hacer una simulación completa del intercambio de energía e impulso entre el meteoroide entrante y el aire; incluyendo cómo el aire “se cuela” por las irregularidades de la superficie de la roca (según su porosidad y permeabilidad) y reducen significativamente la fuerza del meteoroide incluso si inicialmente es moderadamente duro. “En esencia las partículas de aire son capaces de penetrar hasta las entrañas del meteoroide y hacerlo explotar desde el interior y hacia fuera” en un proceso de erosión acelerada que crea una gran presión en el interior de la roca.

“El modelo no sólo explica qué pasó con la masa del meteoroide original desaparecida, sino que también es consistente con el efecto de la explosión que se observó en 2013 sobre Cheliábinsk”, explican.

Los investigadores aseguran que la atmósfera terrestre es una barrera protectora frente a meteoroides incluso más efectiva de lo que se creía hasta ahora. Sin embargo, “aunque este mecanismo puede proteger a los habitantes de la Tierra de los pequeños meteoroides los más grandes probablemente no se inmuten. Los meteoroides de hierro, por ejemplo, que son más pequeños y densos tienden a alcanzar la superficie de la Tierra”, dicen.

Fotografía (cc) los restos del meteoro sobre Cheliábinsk (Rusia, 2013) fotografiado por Nikita Plekhanov.

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