Por @Wicho — 19 de septiembre de 2016

Una pequeña parte del primer catálogo de Gaia

Lanzado el 19 de diciembre de 2013 el telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea tiene como misión realizar el mapa más detallado hasta la fecha de nuestro vecindario cósmico.

Para ello estudiará algo más de 1000 millones de estrellas –lo que apenas supone un 1 por ciento de las que los científicos estiman que hay en la Vía Láctea– midiendo la distancia a la que están de nosotros, su luminosidad y color, y su composición.

Para ello dispone de dos telescopios extremadamente precisos y sensibles, capaces de ver una moneda de un euro en la superficie de la Luna desde la Tierra así como de captar la luz de estrellas 500000 veces más tenues de lo que somos capaces de ver a simple vista.

Estos dos telescopios recogen la luz proveniente de las estrellas y la apuntan a una cámara de 1000 millones de pixeles que la analiza y envía a Tierra, aunque los ordenadores de a bordo seleccionan previamente una serie de pixeles alrededor de cada una de las estrellas para analizar, lo que evita tener que procesar más información de la necesaria. Pero aún así Gaia produce unos 50 gigas de datos al día.

Cada estrella de las que cae en su campo de visión será observada 70 veces para medir con toda precisión sus características, en un mapa que la ESA espera tener terminado para 2020.

En Gaia's second anniversary marked by successes and challenges hay un interesante artículo sobre los desafíos que supone tener en marcha un observatorio como este en el espacio.

Pero por ahora podemos ir disfrutando de la calidad de su trabajo gracias a los resultados de su primer año de observaciones, que cubren los datos obtenidos entre el 25 de julio de 2014 y el 16 de septiembre de 2015.

Estos incluyen las posiciones y magnitudes de 1100 millones de estrellas en nuestra galaxia, de las que unos 400 millones son nuevos descubrimientos.

En la imagen de arriba –un pequeño recorte de la imagen completa– se pueden ver galaxias en azul, cúmulos abiertos en amarillo, y cúmulos globulares en blanco. El brillo de cada zona se corresponde con la densidad de estrellas correspondiente. Las curvas que se aprecian tienen que ver con la forma en la que Gaia explora el cielo, que hace que algunas zonas aún no hayan sido exploradas tantas veces como otras.

Conocer con tanta precisión las características de las estrellas más «próximas» a nosotros nos permitirá conocer mejor el origen, evolución, y el destino final del universo, ya que los distintos escenarios sobre su fin dependen del valor de ciertas mediciones que Gaia ayudará a afinar.

Se pueden seguir los progresos de la misión en su web, su cuenta de Twitter, @ESAGaia, o en la app para iPhone Gaia Mission.

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